Al inicio de un emprendimiento, solemos cometer dos errores… El primero es pensar que no necesitamos ninguna inversión porque nuestro negocio es online y con un ordenador seremos felices y facturaremos a lo loco.
Aunque la inversión es menor que en un negocio físico, sí hay que saber que vamos a necesitar cierto capital para crear una página web, asesorarnos con mentores, formaciones e, incluso, invertir en publicidad o herramientas para mejorar el correo electrónico, etc.